domingo, 8 de abril de 2012

QUIZÁ TRAIGA EL OCASO



A veces también la noche se ilumina
con un rayo triste que se ve lejano
Y entre  destellos de una luna  plata
se pierde la vida en recuerdos vanos

Miles de preguntas que nadie responde
olvidar respuestas, sueños y reproches
Es mejor ser ciegos, no mirar atrás
no saber ni cuando, ni como, ni donde.

Y al llegar el alba, fría y sin su luz
caminando a tientas, siguiendo las sombras
Quizá traiga el ocaso sonrisas ansiadas
cerrando los ojos, abriendo puertas