domingo, 8 de abril de 2012

QUIZÁ TRAIGA EL OCASO



A veces también la noche se ilumina
con un rayo triste que se ve lejano
Y entre  destellos de una luna  plata
se pierde la vida en recuerdos vanos

Miles de preguntas que nadie responde
olvidar respuestas, sueños y reproches
Es mejor ser ciegos, no mirar atrás
no saber ni cuando, ni como, ni donde.

Y al llegar el alba, fría y sin su luz
caminando a tientas, siguiendo las sombras
Quizá traiga el ocaso sonrisas ansiadas
cerrando los ojos, abriendo puertas


3 comentarios:

  1. Veo que tu escritura es limpia, deslizante, grata.
    Me gusta como vas enhebrando las palabras hasta formar un todo armónico....

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  2. Gracias mi querido Carlos, es un placer recibir tu visita y además tus halagos.
    Un abrazo fuerte

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  3. A veces el ocaso o el alba se cubren de nubes y no dejan ver su belleza en plenitud. Pero ambas palabras, alba y ocaso,si encierran los sentimientos puros de la poeta que los escribe, como es el caso, no hay nube por negra que sea que las enturbie.
    Tus poemas son claros y transparentes...llenos de luz...
    Besos.

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